sábado, 20 de octubre de 2007

No way

Últimamente las cosas no va a mi manera.
Últimamente todo es color gris.
Se siente como algo.
Se siente como .. Nada
Asi que vengo de lejos.
Para terminar de esta manera.
Sintiendome como dios.
Siento que no hay salida.

Por eso vengo de lejos.
Para terminar asi.
Sintiéndome como dios.
Siento que no hay salida.

Hoy me siento molesto.
La ira es la única cosa que he hecho.
Se siente como algo.
Se siente como ... Nada.

Por eso vengo de lejos.
Para terminar asi.
Sintiéndome como dios.
Siento que no hay salida.


Para vivir de esta manera.

Odiar, sentir la caída
A un lugar donde la gente me atormenta
No puedo ayudar, no puedo evitar caer en el
Lugar donde la gente me llama
Espere a darles estos sentimientos de odio.
Sentimientos que viven en mí,
para todo aquel que lo pueda tomar.

Escarbar en mí.
Son rasgadura en mí.
Rasgadura en mí.

Por eso vengo de lejos.
Para terminar asi.
Sintiéndome como dios.
Siento que no hay salida.

Odiar, sentir, a la caída
A un lugar donde la gente me atormenta
No puedo, no puedo evitar caer en el
Lugar donde la gente me llama!

lunes, 15 de octubre de 2007

LA LEYENDA DEL BASILISCO

SU PODER VISUAL

Basilisco - del griego basiliskos que significa “pequeño rey”, o “el regente” según su etimología latina - es un reptil legendario afamado por ser el rey de las serpientes.

Su celebridad radica en la habilidad de provocar la muerte con un único vistazo. Según el libro “Historia Natural”, escrito por Plinio El Viejo, el basilisco es una serpiente pequeña pero tan venenosa que deja una enorme estela de veneno mortal con cada pisada, además de asesinar con la mirada.


“Quién mire al basilisco, muere, pero este fallece si es visto primero. En el caso de que el basilisco divise una parte del cuerpo la persona quedará con dicha región paralizada para el resto de su vida”.


El basilisco era un animal fabuloso con cuernos de serpiente, patas de gallo, alas espinosas y cola en forma de lanza… Además, se lo llama "rey" por tener en su cabeza una cresta en forma de corona. Un remedio ideado para limpiar de tan temible animal a la tierra consistía en vestir a un hombre con una armadura de espejos: cualquier basilisco que se le cruzara en el camino vería su mirada reflejada en los espejos y moriría.


En la Edad Media, un sapo que fue encontrado saltando cerca de un huevo en Basilea (Suiza), fue solemnemente juzgado y quemado públicamente bajo la acusación de estar implicado en el nacimiento de un basilisco. Es muy probable que toda la leyenda se base en el conocido fenómeno de la gallina que cambia de sexo cuando envejece, que canta como el gallo y le crecen carúnculas como a éste, pero que sigue poniendo huevos.


Las historias del basilisco lo incluyen dentro de la misma familia del “cockatrice”. Se alega fabulosamente que el basilisco es una bestia nacida de un huevo de serpiente, incubada por un pollo –al contrario del cockatrice, que nace de un huevo de gallina incubado en un nido de serpientes–.


En la Europa medieval, la descripción de la criatura comenzó a adquirir características de pollo... Bede fue el primer autor en explicar la gestación de un basilisco dentro de un huevo de serpiente incubado por un viejo gallo.


Por su parte, San Isidoro de Sevilla definió el basilisco como el rey de las serpientes: los reptiles se someten a él por su peligrosa mirada y por las cualidades de su respiración venenosa.


EL BASILISCO Y LA ALQUIMIA MEDIEVAL


Fue Alexander Neckham el primero en afirmar que el arma asesina del basilisco no era su mirada sino la capacidad de corromper el aire. Esta teoría fue desarrollada un siglo más tarde por Pietro D'Abano.


Además, Theophilus Presbyter inventó una complicada “receta”, incluida en uno de sus libros, que explica cómo crear un basilisco para convertir el cobre español en oro.


Alberto Magno, en su libro De animalibus, escribió acerca de la mirada fija que el basilisco utiliza para matar pero negó algunas leyendas, tales como las que indican que el gallo incubaba el huevo de serpiente.


Este último indicó que la fuente de tales historias fabulosas fue Hermes Trismegisto, conocido también como el creador de la historia sobre las cenizas de basilisco. A éstas se les atribuía la capacidad de convertir la plata en el oro.


Pero esta atribución es absolutamente incorrecta… aunque demuestra cómo las leyendas del basilisco estuvieron estrechamente relacionadas con la alquimia del siglo XIII.


El monje alemán Teófilo en su tratado Schedula Diversarum Artium aconseja utilizar polvos de basilisco para fabricar "oro hispánico",en una mezcla con cobre rojo, vinagre y sangre de hombre pelirrojo: "En una cueva de piedra apenas iluminada, se encierran gallos viejos y se les deja una cantidad abundante de alimentos. Se aparean y ponen huevos, que se hacen incubar por sapos: de estos huevos nacen basiliscos bajo forma de pollos con cola de dragón. Al cabo de seis meses se queman los pollos y se trituran sus cenizas con un tercio de sangre de hombre pelirrojo, en un recipiente muy limpio. Se extiende esta mixtura sobre las dos caras de una delgada placa de cobre que, después de haber sido puesta al rojo blanco, se templa de nuevo en la mezcla, durante bastante tiempo para que esta penetre bien el cobre, el cual adquiere el peso y el color del oro. Este oro es empleado para toda clase de usos".